domingo, 22 de noviembre de 2015

Acróstico

De repente sentí una presencia
Inquieta, me senté en el balcón
Entonces un pájaro cantó
Grisáceo el cielo, no me dejó ver
Otra ráfaga de viento me despeinó
Volvió hacia mí. Y la seguí
Entonces, me llevó a un campo, lleno de flores
Las flores no eran grises, ni negras
Alcé la mirada. Y me
Zambullí en la hierba
Que estaba fría y suave a la vez
Una mariposa se me posó en la nariz
Empecé a reír
Zumbando una abeja me despertó.

Selva Collado

3 comentarios: